martes, 28 de enero de 2014

Escritura Sorpresa - Adictos a la Escritura Enero

Wow! Hacía mucho que no pasaba por aquí a publicar un relato o alguna otra cosa. La verdad que no tuve tiempo para escribir o publicar, apenas si pude publicar algo en el blog de reseñas en este ultimo año.
Pero bueno, ahora por fin estoy de vuelta y espero poder pasar mas tiempo por estos lares.
Ahora les traigo el relato del mes de enero de Adictos a la Escritura, el cual consistía en elegir una imagen, luego esa imagen representaría un genero y debíamos crear un relato relacionado con la imagen y que sea del genero correspondiente.
La imagen que elegí:


Genero: Terror
(A ver qué sale...)

Oculto en las sombras

Miraba a mí alrededor desorientada mientras avanzaba con cansancio, aplastando a mi paso tantas ramas y hojas secas como podía. De cierta forma, el ruido que producían al ser apisonados por mis pies me reconfortaba en aquel inmenso bosque en el que me encontraba.
Aquella mañana había parecido pacifico, tranquilo y lo suficientemente cautivador para lucir encantado, quizás poblado por hadas y gnomos, como en aquellos cuentos que solían relatarme cuando era pequeña. Pues, anteriormente con la luz del sol filtrándose entre las hojas de los árboles, presumía vigor y magia.
En cambio, en ese preciso momento, ya no estaba el sol para iluminar mis pasos. Sabía que era solo una cuestión de minutos antes de que anocheciera por completo y no tenía idea de hacia donde dirigirme.
¿Cómo pude haberme dejado llevar por un tonto impulso y alejarme del campamento? Había estado tan molesta que siquiera noté cuánto me había distanciado de la acampada. Lo peor: No llevaba conmigo nada más que la ropa que vestía.
Puede que solo haya avanzado unos pocos metros cuando finalmente me encontré rodeada por la inmensa oscuridad, y solo unos pocos más adelante, llegué a un claro en medio del bosque ¡Pero si yo no había pasado por ningún claro!
Genial, estaba perdida.
Me sentía tan frustrada y molesta que me deje caer sobre la hierba húmeda en medio del claro y suspiré, agotada. Sabía que sería en vano que me empeñara en regresar esa misma noche, sería mejor esperar a que me encontraran o a que se hiciera de día. El cielo parecía salpicado por más estrellas de las que creí que existían; la luna llena sobre mi cabeza tenía un aspecto místico, podía jurar que jamás había sido tan grande.
Despatarrada sobre la hierba como me encontraba, de repente el ulular de un búho rompió mi calma de un sobresalto, haciéndome estremecer y desde entonces permanecí alerta y sin mover un pelo.
Aun así, no me percaté de nada hasta que fue demasiado tarde y la sensación de estar siendo observada heló mi sangre. Era como si una parte de mí pudiera percibir que alguien me vigilara oculto entre las sombras, al acecho.
El vello de mi nuca y de mis brazos se erizó, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Me incorporé rápidamente totalmente aterrada, intentaba controlar mi agitada respiración, pero no lo lograba. Sentía frío y calor al mismo tiempo mientras intentaba distinguir algo entre las sombras de la noche a mí alrededor, pero no lograba distinguir nada.
¿Por qué tienes miedo?
Oí una voz. Giré en redondo, pero allí no había nadie. Yo… ¡la había oído en mi cabeza!
Mierda.
Comencé a temblar. No, no, aquello debía de ser mi imaginación ¡Me estaba volviendo loca! Intenté calmar mis nervios nuevamente, pero esta vez no pude evitar recordar la noche anterior: mientras todo el grupo se encontraba reunido en la fogata, uno de los guardias del campamento nos había contado una historia. A pesar de que en su momento me parecía una burla y me reí de ello, ya no estaba tan segura de tal cosa.
“Se dice que en las profundidades del bosque habita un demonio oculto entre las sombras nocturnas, a la espera de que alguna joven perdida llegue a él para tomar su alma. Se han hallado cuerpos sin vida que llevan una extraña marca –dibujó una especie de triangulo invertido con cuernos sobre la tierra- y las jóvenes que han sobrevivido dicen asegurar que el demonio en cuestión es un incubo, un demonio que las acosa en sueños. También sabemos que las sobrevivientes solo han vivido pocos días luego de ser halladas”
Mierda.
Y pensar que me encontraba justo en ese bosque, sola, perdida y acababa de oír una voz en mi mente, hizo que temblara aún más ¿cómo era posible que algo así me estuviera pasando a mí?
No tienes de qué preocuparte
Volví a girar sobre mis pies, ¿estaba jugando conmigo? Mi labio inferior empezó a temblar y tuve que cerrar mis ojos para contener las lágrimas. No, no perdería el control, no podía dejarme llevar por la histeria por más que deseara salir corriendo y gritar a los cuatro vientos por ayuda, lo cual seguramente sería en vano.
-Relájate –esta vez no me asuste al oír nuevamente la voz, sino al percatarme de que esta vez no provenía de mi mente. Si no de detrás de mi.
Contuve la respiración y las lágrimas silenciosas se deslizaron finalmente por mis mejillas. Mi corazón palpitaba violentamente y temí sufrir un infarto en ese momento. Sentí su cálida mano acariciar suavemente mi brazo antes de voltearme y enfrentarlo.
Tenía cabello oscuro, hipnotizantes ojos violeta y era arrebatadoramente hermoso. No era un monstruo como me lo imaginaba ni tan desagradable como me lo esperaba pero ¿acaso el mal no era atractivo y el pecado tentador?
Pues aquel misterioso y desconocido sujeto, con su cuerpo musculoso y esbelto, estaba para pecar sin culpa ni remordimiento…
Sacudí mi cabeza confusa ¡¿Pero qué me ocurría?! Probablemente el tipo pensaba en arrancarme la cabeza y…
No es la cabeza lo que me interesa arrancarte. Aquellas palabras se deslizaron en mi mente al mismo tiempo que su impactante mirada recorría mi cuerpo, el cual me traicionó de la peor forma posible ¡malditas hormonas! ¿Cómo podían despertar justo en el momento más aterrador de toda mi vida?
Intenté apartarme pero para mi sorpresa descubrí que no podía moverme, fue entonces cuando perdí el control y dejé escapar un sollozo y comencé a llorar como una niña pequeña.
-Por favor, déjeme ir –imploré, esperando que milagrosamente se apiadara de mí y se alejara. Dio un paso para aproximarse y tomó mi rostro con sus manos, podía notar un agradable calor allí donde colocaba sus manos. Aproximó su rostro al mío y susurró en mi oído.
-¿Estás segura?
Me encontré hechizada por su voz y así no podía estar segura de nada. No fui del todo consciente de lo que ocurrió después, pero podía recordar besos, caricias y fuego envolvente.
Al despertarme a la mañana siguiente con los rayos del sol acariciando mi cara no pude evitar el impulso de buscarlo, pero no estaba allí ¿y si había sido solo un sueño? Mi ropa estaba intacta y no había indicio de todo lo que había ocurrido la noche anterior, o lo que yo creía que había pasado.
El grupo me encontró a los pocos minutos de despertar. Cuando regresé a casa aquella tarde lo primero que hice fue tomar un baño, y fue en el momento de salir del agua en el que la vi. Sobre mi vientre, justo debajo de mi ombligo tenía dibujado al rojo vivo un triangulo invertido con dos pequeños cuernos y no pude evitar estremecerme.
Una parte de mi estaba totalmente segura de lo que significaba: aquella noche él vendría por mi.

¿Qué me dicen? La verdad que yo no estoy del todo convencida pero bueno, me esforcé por hacerlo lo mejor posible.


jueves, 29 de noviembre de 2012

La Palabra Prohibida - Adictos a la Escritura Noviembre

Acá les traigo para compartir el relato de Adictos a la Escritura de este mes.
La actividad consistía en hacer un microrrelato sobre un tema a elección entre tres, en el cual habrían "palabras prohibidas" que no podrían aparecer en el relato". El tema que escogí fue "Un encuentro amoroso" y las palabras que no se podían usar fueron: Pasión, deseo, amor, lujuria, cariño.
¿Que me dicen de mi relato? Espero les guste.

"Almas Enamoradas"


Antes de entrar al bar ya se encontraba nerviosa. No conocía nada más que el nombre del joven con quien debería reunirse allí. Lucas.
Su mejor amiga había arreglado una cita a ciegas con quien, bajo su criterio, sería el hombre ideal para Jesse; aunque ésta no se encontrara del todo convencida de su escrutinio.
Finalmente se armó de valor y cruzó el umbral de la entrada, encaminándose a la mesa reservada por su amiga. Se sentó a esperarlo. Pocos minutos habían transcurrido cuando alguien se sentó frente a ella, obligándola a apartar su vista de la carta y dirigirla al rostro de un bello extraño, cuyos impactantes ojos verdes la hechizaron por completo.
Atrapada en un desconocido remolino de emociones no pudo evitar quedar prendada ante una sonrisa que destilaba un encanto genuino, no uno forzado o fingido. Sus palpitaciones se aceleraron a ritmo frenético, amenazando con hacer explotar un corazón que parecía querer escapar de su pecho.
Lucas sintió la mirada de aquella extraña como si lo atravesara con un rayo, propagando leves choques de electricidad por todo su cuerpo y haciéndolo estremecer.
Ambos se miraron en silencio por un instante que parecieron horas, haciendo que una mágica e inesperada atracción se emanara entre ellos mientras intentaban comprender calladamente a qué se debía aquella extraña sensación que crecía en su interior, parecida al reconocimiento.
Si, tenían el presentimiento de que ya se habían visto antes, de haber experimentado con anterioridad un romance intenso y fogoso, cargado de devoción y ternura. Era como si se reconocieran más allá de sus cuerpos, como si sus almas pudieran recordarse la una a la otra con un mero contacto visual y revivir sentimientos pertenecientes a otros tiempos, a otra vida.
Sin romper con el mutismo, sus manos viajaron a través de la mesa para que sus dedos curiosos pudieran unirse con una delicada caricia. El momento en que se tocaron pareció romper las reglas del tiempo, pareciendo detener el instante en que ambos acabaron de reconocerse.
En la mente de ambos, recuerdos jamás vividos en sus actuales vidas, parecían proyectarse como una película: en ella una pareja de ancianos, vestidos de humildes ropas de antaño, se tomaban de las manos mientras yacía uno junto al otro en un lecho. Sin apartar la vista el uno del otro se transmitían absoluta adoración y querer, y esa conexión solo se interrumpió cuando ambos, al mismo tiempo, cerraron sus ojos para no volver a abrirlos en aquella vida. Pero se reencontrarían en otra, y volverían a vivir su romance.
Entonces, en aquel bar sus manos permanecían unidas, el silencio se prolongaba pero, al igual que en aquella visión, las palabras sobraban para transmitir sus sentimientos. Solo que su romance no revivió, sino que se despertó de un largo sueño, ya que nunca había muerto.
Sus antiguas vidas habían terminado, pero sus sentimientos perdurarían por siempre.

miércoles, 31 de octubre de 2012

"Los dos Mundos" - Adictos a la Escritura Octubre


Copas chocándose, personas hablando en voz alta, dinero sobre la mesa y cada uno con sus apuestas.
El pequeño niño en su habitación yacía en la cama con intención de dormir, ajeno al barullo y a los ruidosos adultos que se entretenían con sus juegos y vicios clandestinos; la distancia que había entre su habitación y la sala de estar donde se celebraban los juegos amortiguaba los sonidos para permitir el descanso del pequeño. Ya nadie lo vigilaba ni velaba por su descanso, nadie sería testigo de lo que ocurriría esa noche que avanzaba fría y lentamente, mientras las barreras de nuestro mundo y el más allá se volvían tan delgadas que eran fáciles de traspasar.  
Entre las penumbras y el silencio de la habitación, un pequeño temblor hizo estremecer los suelos, cuyas maderas chillaron por un instante. La leve luz de luna que entraba por la ventana solo lograba proyectar sombras en aquella habitación cuando el niño despertó sobresaltado ante el sonido de un ser respirando junto a su cama. Totalmente petrificado ante ello se aovilló entre las mantas como si estas pudieran sobre guardarlo de cualquier peligro. Podía sentir su corazón acelerando en su pecho y cerraba los ojos obligándose a pensar que se trataba de una pesadilla. No podía estar más equivocado.
A los pies de su cama sintió como si alguien se sentara allí, haciendo que el colchón se hundiese bajo un peso invisible. Aterrado, pellizcó su brazo para despertar de su tenebrosa pesadilla, pero solo sintió el dolor de la realidad.
En un repentino movimiento sus mantas salieron volando hacia el otro lado de la habitación, dejando su cuerpo vulnerable. Sintió como unos dedos largos y fríos rodeaban sus tobillos y un grito escapó de su garganta antes de poder ser frenado, pero nadie lo escuchó. Los ruidos del comedor frenaron el grito del pequeño haciéndolo inaudible. Un segundo grito, aun más largo que el primero escapo de sus labios, pero fue inútil. Temblaba, invadido por un terror que jamás hubiera imaginado sentir, notando que el frío de su tacto invadía su cuerpo velozmente y calaba en sus huesos hasta lo más profundo. Lo que fuera que se encontrara con él lo había tomado con mas fuerza y comenzaba a arrastrarlo fuera de la cama. El niño gritaba y pataleaba, luchando con todas sus fuerzas, para que aquel ser invisible no se lo llevara a donde fuera que quisiera hacerlo. No sería un bonito lugar, de eso estaba seguro.
Aferrándose a los barrotes de la cama seguía su lucha, gritando a todo pulmón por ayuda que jamás llegaría. Nadie lo oía. Cuando se dio cuenta de que era inútil, simplemente se soltó y se dejo arrastrar por aquel ente invisible.
Repentinamente sujetado por las sombras que parecían tener vida propia, advirtió como se hundía en un oscuro vacío del cual nunca podría escapar.
El niño ya no estaba.
A la mañana siguiente nadie se encontraba en aquella habitación, él había desaparecido de aquel mundo y ahora pertenecía a otro. 

lunes, 30 de julio de 2012

"Corazón de Cristal" - Adictos a la Escritura Julio

Holaa!! Sigo aquí, no me di a la fuga, ni me raptaron alienígenas, monstruos ni ningún grupo de vaqueros sexys (aunque no suene nada mal :P) Estuve sin Internet y eso me hizo atrasarme con  muchas cosas.
Lo bueno es que pude aprovechar ese tiempo en preparar reseñas y entradas para el otro blog, y el relato del mes de Julio para el grupo de Adictos a la Escritura. Lo malo fue que no lo pude publicar a fecha, pero mas vale tarde que nunca, aquí se los traigo.
El ejercicio consistía en elegir dos personajes de una lista y crear un relato que este relacionado con un aniversario (que podía ser de bodas, cumpleaños o en cualquier otro contexto)
Resulto un poco mas largo de lo que creí, a ver si les gusta el relato y me dicen que opinan.

Corazón de cristal

El pequeño niño no podía estar quieto, porque se volvía invisible; ni jugar, porque era demasiado frágil. No podía llorar, porque no producía lágrimas; ni podía reír muy alto, porque se quebraba.
Él era un pequeño niño de cristal.
Ignoraba lo que era abrazar a alguien, nadie quería tocarlo por temor a hacerlo añicos con los brazos. Pero si conversaban con él, él se convertía en un buen consejero. Oía atento lo que le susurraban y expresaba sus opiniones con tranquilidad y franqueza.
Era cortés, pero era frío; su superficie era perfecta, pero por dentro se sentía vacío.
Con el pasar de los años sus rasgos cambiaban, pero seguía intacto, sin un rasguño.
Salvo su corazón.
Una noche, mientras todos en su casa dormían, tras hacer experimentos con luces que lo atravesaran, logró ver en su interior y descubrir su corazón. Un corazón de cristal puro y sólido, como siempre había sabido que era.
Pero pequeñas grietas iban surcando ese órgano tan importante suyo, amenazando con disgregarse y acabar con su frágil vida.
Siempre había pensado que su corazón era su punto más fuerte por ser el más macizo de cuerpo, el más seguro por tratarse que tenía la superficie para protegerlo de algún golpe de ser necesario. No reía, no jugaba, no se divertía ni salía a las calles por miedo a dañar la superficie y  herir su corazón, pero no se había dado cuenta hasta entonces de que su corazón talvez era inmune a los golpes físicos, pero muy frágil a sus emociones.
Ensimismado en lo que acababa de descubrir, se vio sorprendido cuando el reloj cu-cu de la sala de estar, daba la hora.
Era medianoche.
Era su decimoprimero cumpleaños.
Debería de haberse emocionado por ello, pero la idea de tener once años y un corazón a punto de desmoronarse no despertaba en él gran euforia, solo seguía pensando en como hacer para que su corazón no acabe de romperse o… reconstruirlo.
Entonces se le ocurrió. Un auto-obsequio de cumpleaños que lo haría feliz y ayudaría a su corazón: saldría a la calle a conocerla y correr un riesgo por primera vez en su vida.
Sabía que la idea era un poco descabellada ya que era muy tarde para que un niño saliera a la calle, pero ¿Cuándo lo haría si no? Sus padres jamás lo dejarían hacerlo, ¡nadie jamás lo dejaría hacerlo! Tomando coraje y moviéndose con delicadeza, alcanzó la puerta de entrada de su casa, sin hacer ni un ruido, y se aventuró a cruzar al exterior.
La noche era tranquila y la luna llena se alzaba en el cielo, rodeada de estrellas. Parecía no haber nadie por la calle a aquellas horas, por lo que decidió dar un paseo así sea dar vuelta a la manzana. Algunas personas se habían atrevido a describirle como era el mundo fuera de su casa, pero jamás lo hubiera imaginado así.
El mundo fuera de su casa era maravilloso. Había frescura en el aire, y sintió que jamás había respirado un aire tan puro en su vida. Un extraño cri-cri llegaba a sus oídos, y pudo adivinar que aquellos eran los famosos grillos que muchos decían oír cantar por las noches.
Tras mirar hacia todos lados, comenzó a caminar, sin rumbo especifico, solo para disfrutar de la paz nocturna.
Al llegar a la esquina, dobló para dar vuelta a la manzana, ya que sabía por descripción de otros que aquellas eran conformadas por cuatro esquinas, tal como un cuadrado. En la siguiente esquina repitió la acción, pero a mitad de camino se encontró con algo inesperado.
En la vereda de enfrente, había un hombre tumbado sobre el suelo y parecía estar herido. Se encontró a si mismo en una disputa interna, debatiéndose entre la curiosidad y la cautela. ¿Sería una locura averiguar que le ocurriría a ese hombre, o, volvería a casa con la permanente duda de qué hubiera ocurrido si se hubiera atrevido a despejar su curiosidad? Ya había llegado muy lejos. Finalmente, su deseo por saber, ganó.
Cruzó la calle y se encogió junto al desconocido. Era un hombre alto, pudo adivinar a pesar de que estaba hecho un ovillo, no muy delgado ni muy grueso, pero parecía tener una enorme joroba en su espalda. No se le veía el rostro, ya que estaba cubierto con la solapa de un abrigo gastado y viejo.
El niño le preguntó suavemente sí se encontraba bien, pero el hombre no contestó a la primera. Cuando volvió a hacer la misma pregunta, el hombre tumbado solo profirió un gemido. Dejando su leve temor a un lado, echo la solapa del abrigo hacia atrás y descubrió su rostro.
Al verlo, se vio totalmente sorprendido. No fue por sus impecables cabellos rubios, rizados que llegaban a la altura de sus hombros; sino por la belleza sobrehumana que reflejaban sus rasgos. Parecía…
Dejando sus pensamientos apartados por un momento, intentó averiguar si se encontraba gravemente herido. Pero extrañamente, aquel hombre no presentaba herida alguna. Tenía los ojos cerrados, y lucía muy tranquilo, cuando una extraña sonrisa se curvó en sus labios.
Entonces una grave voz le preguntó.
-¿Qué hace un niño de cristal como tú, solo en la calle, a esta hora de la noche?
El pequeño se asustó, echándose hacia atrás. ¿Cómo podía saber qué era si siquiera había abierto los ojos para mirarlo? En aquel momento, el hombre abrió sus ojos grises y se enderezó para sentarse frente al niño.
-¿Usted quiere lastimarme?
El hombre misterioso rió, pero no era una risa malvada o perversa, sino una risa natural de quien se ríe de la gracia de un niño.
-¿Por qué querría lastimarte?
-No lo sé –respondió el niño muy serio.
-¿Y si te dijera que mi intensión no es lastimarte, sino darte un regalo de cumpleaños?
El pequeño lo miró con los ojos como platos, lo que hizo reír nuevamente al hombre.
-No debería aceptar cosas de extraños.
-¿Y si es algo que tu quisieras?
-¿Cómo qué?
-No lo sé. ¿Qué es lo que más desearías en este momento?
Tras pensarlo solo un instante, el niño respondió:
-Quisiera que mi corazón no acabe de romperse aún –su voz se vio teñida de tristeza.
-Entonces deberías jugar mucho y reír con ganas.
El niño lo miró atónito.
-¡No puedo hacer eso! Soy un niño de cristal y podría romperme con tan solo un empujón o elevar demasiado mi voz.
-Yo sé cómo evitar eso –antes de que pueda preguntar cómo, el hombre se quitó su abrigo, y lo que le había parecido una joroba, era en realidad dos enormes alas con plumas tan blancas como las nubes de un día perfecto. Sus alas de desplegaron, y con un leve movimiento, una de sus plumas blancas se desprendió de un ala.
-Ven, acércate.
El pequeño de acercó hasta quedar frente a él. El ángel acercó su mano al pecho del niño, y con su uña dio tres golpecitos allí cerca de su corazón y extendió la mano para que una pequeña pieza de cristal cayera sobre la palma de su mano, dejando un pequeño huequito en su pecho.
-¡Oye! –gritó el niño, horrorizado. Pero el ángel pasó la pluma por aquel hueco, y mágicamente la pieza de cristal volvió a su lugar y se unió al resto de su pecho.
-Ahora podrás jugar, reír, incluso caerte una mil veces y tu cristal no se romperá. Solo tu corazón es vulnerable ahora, pero estoy seguro de que si haces todo aquello que te hace feliz, no tendrás que preocuparte por él. Ahora vuelve a casa por donde viniste, y no vuelvas a salir sin avisar. No todos los días tendrás la suerte de encontrarte conmigo ¡Ah! ¡Feliz Cumpleaños!
El niño regreso a casa tras agradecer al ángel, tal y como él le dijo. Al llegar a casa y volver a mirar su corazón con el juego de luces que había utilizado antes, pudo ver como su corazón se veía sano sin ningún defecto.
Desde aquel día el niño se atrevió a divertirse sin temor a lastimarse, ya que la felicidad de poder jugar, como todos los otros niños, fue lo que hacía que día a día su corazón sea más fuerte.

Como se habrán dado cuenta mis personajes fueron: Un niño de cristal y un ángel.
¿Qué opinan del relato?¿les gusta? Opinen libremente!!

lunes, 28 de mayo de 2012

"Atrapada" - Adictos a la Escritura Mayo


Hola a todos!!! Como les va? Lamento no haber podido actualizar la novela en tanto tiempo. Se que no es la primera vez que tengo que disculparme por ello y realmente lo lamento, estoy tratando de ponerme con un par de capítulos antes de seguir publicando para no seguir atrasando por mucho tiempo mas con las publicaciones.
En esta ocasión les traigo un relato propuesto por el grupo Adictos a la Escritura al que me he asociado y dicho proyecto se titula Doble imagen. Consiste en crear un relato en base a una imagen que comparto con Sarai del blog La Nota Blanca



La oscuridad se ciñe sobre mí.
El temor me mantiene prisionera en esta horrible casa abandonada.
Una voz en mi cabeza intenta guiarme a una salida, pero no logro moverme. Me siento perdida y sin aliento, como encadenada al suelo bajo mis pies. Pero debo huir, avanzar. Escapar de esta prisión, pero mis pies se quedan quietos.
Siento el aire frío a mis espaldas, la presencia de un ser sin vida acercándose lentamente. Mi cuerpo se queda totalmente inmóvil, petrificado, como si el ente allí presente controlara la voluntad de mi cuerpo. El aire a mi alrededor se enfría anunciando su cercanía. 
Se oye un sonido de pesadas cadenas siendo arrastradas, perezosa y lentamente.
Lucho por moverme, pero mis intentos son inútiles, siento su proximidad y me siento desesperada. Mi corazón parece vibrar en mi pecho, como si quisiera escaparse de mí, mi respiración se agita y pienso que en cualquier momento sufriré un ataque. Intento pensar en como salir de allí, pero no se me ocurre cómo, mi mente esta bloqueada.
Es entonces cuando siento su aliento en mi oído, sus helados dedos en mis hombros y siento un fuerte deseo de llorar y gritar.
"Por el amor de Dios, aléjate de mi" pienso en mis adentros. Como si el ente hubiera oído mis pensamientos, siento los fríos dedos esfumarse y su aliento desvanecerse.
De repente siento que mi cuerpo puede volver a moverse, sin dudarlo un segundo echo a correr a la puerta desesperadamente, sin mirar atrás. Cruzo el umbral hacia el exterior y al hacerlo un horroroso estruendo y un enfurecido grito llegan a mis oídos desde la casa que abandono a mis espaldas.
Nunca debí haber ido allí, y mucho menos sola. La próxima vez que me adviertan de otra casa con fama de estar encantada, no me atreveré a aventurarme para probar lo contrario. Si ahora estoy fuera fue sin duda Gracias a Dios.

¿Que les pareció el relato? ¿Les gustó? ¿Debería cambiarle algo?